Si la semana pasada hablaba de la importancia de la protección solar en invierno, viendo lo que predicen para este finde, al menos en el norte, creo que también vendría bien abordar cómo hacer frente al frío con unos sencillos consejos, sobre todo de cara a los más pequeños de la casa.
Aunque este invierno, al menos por el norte del país, no está siendo de los peores, cabe esperar que las temperaturas vayan a la baja y aunque el frío en sí mismo no provoca resfriados, sí es cierto que en esta época los famosos y maravillosos catarros son protagonistas (sobre todo los días que una tiene días libres!).
Debemos recordar en especial en esta época tomar medidas tanto higiénicas como alimentarias para aumentar nuestra fuerza y mantenernos más saludables en los probablemente meses más delicados del año.
Como ejemplo podríamos recordar:
Higiene. Para esos gérmenes hipercontagiosos, lavarse las manos con mayor frecuencia, especialmente después del contacto con el niño. En su caso, la higiene nasal es una práctica recomendable, ya que eliminará el exceso de moco en el niño, descongestionando la nariz.
Agua, caldos y fruta. Es fundamental mantener una buena hidratación, el agua es la mejor bebida que se les puede dar, y los caldos son un buen alimento. Las frutas y verduras frescas, aunque no suelen ser santo de su devoción, aportarán las vitaminas necesarias para su cuerpo, así que jugarnos la pataleta merece la pena. Un zumo de naranja sería una perfecta opción para la merienda o incluso después del desayuno. Una buena alternativa también para el desayuno es un lácteo, como por ejemplo un yogur. La combinación de ambos, zumo y lácteo, forman parte de las indispensables recomendaciones en un desayuno saludable y completo.
MEJOR VENTILACIÓN Y MENOS ABRIGO. Sí, en mayúsculas, porque todos sabemos que el niño va abrigado siempre de manera directamente proporcional al frío que tenga su madre... Un buen consejo es airear las estancias en las que suele estar el niño. No es aconsejable, por otra parte, abrigar al niño en exceso ni siquiera si ha de salir a la calle, por paradójico que resulte es preferible tapar zonas importantes como serían orejas, manos y garganta, y reducir el grueso del abrigo para evitar que el niño sude en exceso.
Espero que estos pequeños y sencillos consejos o recomendaciones resulten útiles, sobre todo si os toca vivir en zona de previsión de nieves.
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