Un poco harto de las "lecciones de moral" que un tuit mío ha provocado en esta red social el pasado fin de semana, y que quizás no siempre vengan de las personas más indicadas para darlas, me decido a escribir este post.
Lo primero que quiero dejar claro es que nunca jamás he estado en contra de tener un trato humano con los pacientes, la famosa "humanización", pero sí quizás en la manera en la que ahora mismo quieren colocárnosla desde la administración.
Igual que muchos, he tenido pacientes que traen postres caseros para endulzarnos los turnos, fruta de sus árboles, que preguntan por compañeras que están de baja interesándose por su salud y que escriben cartas de agradecimiento al periódico.
Algo haremos bien.
Disfruto los momentos en los que cuando se puede, estoy de cachondeo en el pasillo con una compañera y un paciente que pasea por la planta se une a ello. O cuando un paciente por fin sale del aislamiento y lo primero que hace es venir al control a saludarnos. Me gustan esos momentos tanto o más que a ellos, porque para mi eso también es enfermería, cuidar, humanizar o como queráis llamarle... Pero por desgracia, cada vez queda menos tiempo para esos ratitos porque NO llegamos.